[3] Los primeros De la Serna se establecieron en la Argentina a comienzos del siglo XVIII.
[6] Celia de la Serna y Ernesto Guevara Lynch (1900-1987) se conocieron en Buenos Aires siendo estudiantes.
[4] Él se hacía llamar «Ingeniero Guevara», y decía que era «constructor civil».
[4] Cuando era un adolescente en los primeros años de la escuela secundaria (el Colegio Nacional), su compañero Jorge Luis Borges (quien en el futuro se convertiría en un afamado escritor), lo denunció ante un profesor: «Señor, este chico no me deja estudiar».
Como estratagema, fingió que se fugaba y se escondió en la casa de una de sus hermanas mayores; el plan concebido dio resultado, porque forzó a la familia a dar el consentimiento.
Igualmente debieron recurrir a la justicia para cobrar parte de su herencia.
El propio Ernesto reconocía que se había sacado la lotería al casarse con Celia, «preferida por todos y alcanzada por ninguno».
La propiedad fue bautizada con el nombre de La Misionera y su explotación llevó a instalar luego un molino yerbatero en Rosario.
[10][12] Para ocultar los verdaderos tiempos del embarazo, vivieron varios meses en Caraguataí.
En 1997, el historiador Jon Lee Anderson ―biógrafo del Che― averiguó por otros medios esta misma versión.
[14] En 2004, Constenla publicó Celia, la madre del Che (Buenos Aires: Sudamericana), donde reprodujo esa entrevista.
Después se mudaron a Córdoba, donde Ernesto padre instaló con un socio una empresa de construcción civil (que quebraría en 1947).
[4] Las penurias económicas, las mudanzas y las aventuras amorosas extramatrimoniales de Ernesto desgastaron permanentemente la relación con Celia.
La empresa constructora de Ernesto quebró, y los Guevara decidieron mudarse a Buenos Aires.
Su padre Ernesto recibió otra importante herencia tras la muerte de su madre, Ana Isabel Lynch Ortiz.
[4] Algunas biografías le atribuyen incorrectamente el título de ingeniero, e ideología socialista.
Cuando aquel niño ya no era Teté o Ernestito, como lo llamaban en familia, sino el comandante Guevara, su madre seguía recibiendo noticias detalladas de sus esperanzas, sus pocas zozobras y, muy rara vez, algo que él mismo calificó como "nostalgia tangueril".
[18] En Santa Fe organizaron un acto en Plaza España, donde estaba anunciada la visita como oradora principal Celia Guevara.
Había un clima enrarecido por las amenazas del grupo fascista Tacuara, que ―dirigidos por el joven falangista Escurra Medrano― se dedicaban a boicotear con atentados todos los actos de la izquierda.
Y siguió hablando mientras abajo los militantes del MLN ―los melenas como se les decía coloquialmente― a sopapos y patadas pusieron en fuga a los provocadores que pretendían impedir la continuación del discurso de Celia Guevara.
El acto terminó sin más problemas y recién entonces Celia, rodeada de sus jóvenes militantes se bajó del palco.
[18] En los años sesenta ―ya conocida como «la madre del Che»― Celia sufrió prisión y persecución.
Celia no aceptó las reiteradas invitaciones del Che a instalarse en La Habana, donde podía colaborar con el trabajo y la construcción de su hijo.