Ceferino Giménez Malla

Asesinado por milicianos revolucionarios en las primeras semanas de la guerra civil española, fue declarado mártir y beatificado por la Iglesia católica en 1997.Hombre de profundas convicciones religiosas, asistía a misa diariamente, comulgaba con frecuencia y rezaba cotidianamente el rosario.En una ocasión, fue injustamente acusado de robo y encarcelado, aunque finalmente fue declarado inocente.Durante su juicio, el abogado que lo defendía dijo: Destacó por un gesto de heroísmo; durante la guerra civil española, en 1936, un grupo de milicianos republicanos estaban golpeando a culatazos a un sacerdote, por lo que Ceferino los reprendió por su conducta provocando la ira de éstos; además llevaba consigo un rosario, por lo que lo tomaron preso y lo condenaron a muerte.Murió, en coherencia con la vida que había vivido, fusilado en el cementerio de Barbastro, en 1936, con el rosario en la mano, mientras gritaba su fe: Fue beatificado por el papa Juan Pablo II en 1997,[2]​ siendo así el primer gitano martirizado[3]​ en ser elevado a los altares,[4]​ estando su proceso de canonización en la fase final.
Talla del beato Ceferino Giménez Malla en la Iglesia de San Francisco de Barbastro