En 53 a. C., Metela se casó con Publio Cornelio Léntulo Espínter, hijo del cónsul homónimo.
Poco después de la boda, empezó un romance con Publio Cornelio Dolabela, un hombre del espectro político opuesto.
Estaba todavía en la veintena y era muy hermosa, así que sus familiares no dudaron en utilizarla para conspiraciones políticas.
Entre sus amantes no políticos estaba el poeta Ticida, quien escribió sobre Metela, dándole el nombre poético de Perilla.
Su último amante conocido fue un tal Esopo, miembro rico de los équites, que apoyó a los Cecilios Metelos durante varios años.