La iglesia está dedicada a las «Santas Portadoras de Mirra» o Miróforas, que se conmemoran el segundo domingo después de la Pascua.
A la apertura de la iglesia asistieron destacados líderes políticos y religiosos de la época, incluido Vorontsov-Dashkov, el sucesor del zar ruso en el Cáucaso.
Durante el enero negro de 1990, fue alcanzado por misiles disparados por las tropas soviéticas, y el edificio sufrió graves daños con el derrumbe del techo y parte de las paredes.
En 1991, el edificio fue devuelto a la Iglesia ortodoxa rusa totalmente en ruinas, después del establecimiento de la Cátedra Arquidiócesis en Bakú, hubo una oportunidad para la restauración de la iglesia.
Con el cuidado y el apoyo del obispo de Bakú y los países del Caspio, el templo fue renovado, además se tuvo la ayuda financiera del empresario ruso de origen azerbaiyano Aydin Gurbanov, el edificio fue completamente restaurado en el año 2000, además de realizarse un iconostasio tallado en piedra.