Durante el período imperial se realizaron muchas renovaciones más, en especial en 1801, 1805 y 1865, y gran parte del diseño original se perdió con los agregados subsecuentes.
El restaurador ruso Piotr Baranovski supervisó una reconstrucción completa del exterior de la iglesia para que volviera a parecerse a su diseño original entre 1929 y 1932.
Algunos especialistas, sin embargo, han criticado la exactitud de esta reconstrucción.
En 1936, cuando la Plaza Roja estaba siendo preparada para los desfiles militares de la Unión Soviética, Iósif Stalin ordenó que se retiraran las iglesias de toda la plaza.
Aunque Baranovski intentó conservarla, no logró evitar que fuera demolida (aunque sí consiguió salvar la otra catedral de la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio).