Catecismo de Ripalda

No obstante, la documentación disponible permite afirmar que el catecismo de Ripalda, con el contenido en que se publica en ese año o con un texto algo diferente, era ya conocido en 1586, porque precisamente ese año el padre Villalba, provincial de los jesuitas, refiriéndose a la enseñanza a los niños ordenada por el propóstico general de la Compañía, comenta el texto que preparó Ripalda y que, según expone, no a todos gusta por resultar una doctrina muy teológica y los niños no tienen necesidad de tanta teología.

[cita requerida] En 1656, Martín Ochoa de Capanaga preparó una edición bilingüe en castellano y vascuence;[3]​ en ella ya aparecen agrupados al comienzo los textos que escogió Mayr para su catecismo ilustrado, junto con las oraciones del cristiano, el credo, los mandamientos, las bienaventuranzas, algunas fórmulas doctrinales; es decir, los elementos básicos de la doctrina cristiana.

Este modo de reorganizar el contenido del catecismo de Ripalda se mantiene prácticamente en las numerosas ediciones que se realizan desde entonces, añadiendo según los casos preguntas que amplían o actualizadn su contenido.

Pudo entonces comprobarse que en 1589 Gaspar Astete había publicado en Madrid, Interrogaciones para la Doctrina Christiana por modo de Diálogo entre Maestro y el Discípulo.

Tal como aparece en la edición príncipe, todo el texto se distribuye en un elevado número de apartados, relativamente breves, cada uno encabezado con un epígrafe que anuncia con bastante precisión su contenido.

El Ripalda ilustrado por Mayer, 1616
Ripalda en tagalo, 1747
Ripalda, edición de 1747
Ripalda añadido e ilustrado 1843
Traducción del griego de Ripalda-Mayer