Otra configuración, la llamada triple prisma se basa en tres pares de espejos dispuestos perpendicularmente.También se puede formar un retrorreflector, con elementos ópticos reflectantes y refractantes dispuestos de tal forma que la superficie focal del elemento refractivo coincida con la superficie reflectora, normalmente una esfera transparente y un espejo esférico.En aproximación paraxial, se puede lograr este mismo efecto con la mínima divergencia posible usando una sola esfera transparente, siempre y cuando el índice de refracción del material sea ni + 1, siendo ni el índice del medio desde el que incide la luz en el retrorreflector.La combinación del lente del ojo (el cristalino) y el humor acuoso forman el elemento refractivo, mientras que el tapetum lucidum detrás de la retina forma el espejo esférico cóncavo, creando un retrorreflector natural.Astronautas de las misiones Apollo 11, 14, y 15 dejaron retrorreflectores en la Luna como parte del experimento LR-3.Además, la misiones soviéticas no tripuladas Lunojod 1 y 2, situaron rovers con pequeñas matrices retrorreflectantes.[1] Incluso bajo condiciones de buena visibilidad, solamente se recibe un fotón reflejado cada varios segundos.
Principio de funcionamiento de un retrorreflector de esquina.
Ojo de gato.
Retrorreflector dejado en la superficie lunar durante el transcurso de la misión Apolo 11.