Aunque sus primeras referencias se sitúan en el año 1285, la construcción actual data de los siglos XVII y XVIII.
En 1939, el arquitecto Diego Méndez se encarga de la reconstrucción y adaptación del castillo para residencia de Francisco Franco, obra que realizó en solo tres meses.
Posee cuatro torres cilíndricas almenadas, una en cada esquina, que superan el alto del cuerpo principal, mediante una planta adicional.
Integra un panel superior central, en el que aparece un escudo, y presenta un balcón corrido en la primera planta.
Este se apoya sobre diferentes columnas, que dan lugar a un pórtico.