Castillo de Salvatierra (Ciudad Real)

Las fuentes escritas son pocas, por eso, hasta que no se realice una campaña intensiva de excavaciones arqueológicas, no sabremos más sobre la génesis de esta fortaleza.

A mediados del siglo XII la frontera entre cristianos y musulmanes avanzó hasta el valle del Guadiana, lo que dejaba a Salvatierra como punta de lanza en plena línea de vanguardia.

Ruy Díaz de Yanguas hizo girar su montura hacia la derecha buscando las grandes banderas del califa, a su concurso, le siguieron todos en perfecto orden de combate.

El suelo sediento retumbaba bajo las herraduras de los trescientos nobles caballos.

Ruy Díaz de Yanguas volvió grupas y cabalgaron hacia el castillo, con la caballería sarracena dispuesta a darles caza.

Un grupo escogido de calatravos se dispuso a cubrir la retirada.

[cita requerida] 51 días duró el asedio, lo primero que cayó fue la puebla o villa situada en la ladera del cerro, así como el resto de fortificaciones del entorno.

Los calatravos resistieron, pero hicieron falta poderosas máquinas de guerra para destruirlo: «mandamos disponer máquinas, que se acercaron a la fortaleza arrojando piedras como montañas, al mismo tiempo que caía sobre sus defensores una espesa nube de flechas, en la que los hierros chocaban unos con otros, y el que se libraba de las piedras como montañas, no se libraba de las flechas como nubes...».

[cita requerida] Supuso un duro golpe anímico para los cristianos, el maestre envió emisarios al rey Alfonso VIII para solicitar refuerzos o permiso para rendir la fortaleza.

Con harto dolor de su corazón, el monarca les dio permiso para la rendición, pues no podía socorrerles.

Aún después del traslado de la Orden a su definitiva sede, el castillo de Calatrava La Nueva, este castillo siguió funcionando hasta el siglo XIV.

En la ladera frente a Calatrava se aprecia el espacio donde se asentaba la población en torno al castillo y que debió ser la zona de más temprano abandono ya en el siglo XII.

En el interior del monumento aún se conservan varias bóvedas completas pertenecientes a espacios militares y de almacenamiento, cámaras subterráneas, aljibes construidos en mampostería e incluso, adentrándose en algunas zonas al pie de la torre del homenaje, el arranque de una cúpula correspondiente a algún espacio cultural.

Vista aérea
Castillo de Salvatierra visto desde el castillo convento de Calatrava la Nueva