Esto fue un pago al rey navarro por la ayuda que había prestado al emir ante los almohades, quedando en manos navarras y encajonado entre Castilla y Aragón hasta que el último lo conquistó a manos de Pedro III en 1284.
Se puede acceder por carretera a través de la autovía A-23 con salida en Villafranca del Campo.
Posteriormente, bajo época de dominación musulmana, durante el siglo X y el siglo XI el lugar volvió a estar habitado, según indican las cerámicas localizadas durante las excavaciones, aunque no nos han llegado restos constructivos.
Aun así sería un pequeño edificio sobre el espolón rocoso de rodeno que corona el recinto actual del castillo.
Fue reocupada en 1830-1833 durante la Primera Guerra Carlista por un destacamento militar liberal, el cual lo adaptó y reconstruyó parcialmente para adaptarlo a las necesidades de la artillería, lo que alteró los lienzos de la muralla y eliminó edificios interiores, dificultando así la lectura del monumento.