Reconstruida por Don Dinis (1279-1325), recibió líneas fortificadas del reinado de Juan IV (1640-1656).
La ocupación primitiva de su sitio se remonta a un castro prerromano.
En 1551, Diogo da Silva, nieto del alcalde de Ouguela, ordenó que se colocara una cruz en el lugar del combate, actualmente en el Museo de Elvas.
El traidor marchó en la plaza portuguesa, frente a seiscientos caballeros y muchos otros elegidos, en la noche del 9 de abril.
Usando atajos, llegaron a Ouguela dos horas antes que los atacantes, advirtiendo al gobernador de la plaza, el capitán Pascoal da Costa, dándole tiempo para organizar una defensa apresurada al amanecer.
Este oficial contaba con 45 hombres más la gente del pueblo, entre ellos una mujer, Isabel Pereira, que se destacaba, queriendo luchar en las trincheras, como compartiendo pólvora y balas a los soldados; y retirándose al castillo se desacuerdó por algún espacio con la herida que le dieron, hasta que haciéndose él mismo, y viendo que no era peligroso, siguió luchando con brios mayores hasta el final.
A 259 metros sobre el nivel del mar, presenta una planta hexagonal irregular, con muros de granito y piedra de esquisto, mezclando elementos de la arquitectura militar medieval (murallas y torres) y moderna (bastiones, escarpas, parapetos, revelines).
Está defendida por una media barandilla con cuatro cañoneras y una barbacana, presentando un orejón derecho para la protección de la puerta de la fortaleza y está defendido por una casamata con siete huecos.
El adarve del castillo medieval, con muros protectores a ambos lados, está completo.