Originalmente se construyó un torreón redondo situado al final de la muralla.
[1] Fray José de Sosa se refiere a él como un pequeño castillo muy fuerte, compuesto por un «torreoncillo de dos o tres piezas»[1] que complicaron la entrada de los holandeses en la ciudad, barriendo su ejército por el paramento exterior con sus fuegos.
En 2002, durante una intervención arqueológica, se descubrió el cubelo original.
[2] Este descubrimiento conllevó posteriores intervenciones arqueológicas con el objetivo de restaurarlo y rehabilitarlo.
El museo, cuyo proyecto principal fue desarrollado por la historiadora del arte Ángeles Alemán, aborda dos temas principales, «la historia del castillo y su arqueología» y «la historia de la ciudad y su relación con el mar», permitiendo un recorrido desde la fundación de la ciudad hasta la actualidad.