[1] En el siglo X Abderramán III acuarteló parte de sus tropas en este castillo a la espera de atacar Zaragoza.
Formaba parte del perímetro defensivo de Saracusta junto a las fortalezas de (Juslibol, Miranda, Alfocea, Torre de Candespina, El Castellar, Cadrete, María, Santa Bárbara, Santa Inés y Pola, hasta que finalmente fue reconquistado por Alfonso I el Batallador en 1118.
Posteriormente, pasó por distintos señores aunque fue perdiendo importancia con el tiempo, aunque aún en el siglo XIV se vio envuelto en las luchas entre los Unionistas y las tropas reales.
[3] El castillo está situado sobre un promontorio algo alejado de la población y al otro lado del río Huerva.
Debajo de este risco y al lado de los restos del recinto se pueden observar restos de numerosas construcciones, escaleras talladas en la roca y accesos en zig-zag tan característicos de las fortalezas musulmanas.