A la muerte del infante Pedro en 1298 el castillo y la villa de Ódena fueron vendidos al rey Jaime II por 10.000 sueldos.
Finalmente sin embargo, el rey Jaime II de Aragón vendió al vizconde de Cardona Hugo I el castillo de Ódena con todos los derechos que tenía, así que su hijo Hugo II y su madre negaron los derechos reales sobre el castillo.
El castillo de Ódena estuvo enfeudado por los condes de Barcelona a la familia Castellvell, dominio que se constata en el año 1121 y que terminará en 1314.
Estaba dividida en tres pisos, el más bajo debía ser originalmente una cisterna y después una prisión.
Teniendo en cuenta la estructura, los rasgos generales de construcción, la torre se puede fechar en el siglo XII o al inicio del XIII.