Pasó a depender del Baile de Aragón y en el siglo XIX era propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza, ubicándose en la Aduana, por lo que también se le conoció como la “Aduana Vieja”.
[2] El palacio fue declarado en ruina y derribado parcialmente hacia 1864.
Desapareció por completo hacia 1939, al reordenar urbanísticamente toda esta área para abrir la calle San Vicente de Paúl.
A pesar de su completa demolición se conservan en el Museo de Zaragoza cuatro columnas, cuatro pilastras y algunos fragmentos del arquitrabe del patio, en alabastro profusamente decorado, así como el escudo con las armas del Reino de Aragón que culminaba la portada principal.
También han llegado hasta nuestros días diversas fotografías[3][4] y dibujos[5] que ser conservan en el Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Zaragoza y en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.