Raimundo de Saint-Gilles consiguió establecer el principado como una potencia, que él dio a su hijo Beltrán, después de marcharse a la Primera cruzada.
Beltrán, con su hermano Alfonso Jordán tuvieron que luchar contra el duque de Aquitania, tomó Tolosa varias veces, pero se vieron obligados a marcharse cada vez debido a la revuelta popular.
La paz se concluyó, finalmente, en la segunda mitad del siglo XII.
El conde Raimundo V demandó la ayuda de Cîteaux para lucahr contra los cátaros, pero a principios del siglo XIII, su presencia es tal que Raimundo VI no podía luchar contra ellos sin enajenarse a buena parte de la población.
El asesinato del legado papal Pierre de Castelnau provocó la cruzada albigense.
Se proclamó a sí mismo conde de Tolosa pero fue asesinado en 1218 por los habitantes.
La represión contra los cátaros se incrementó y el condado de Tolosa gradualmente pasó bajo la dominación del poder real.
Permaneció en la familia hasta 1187, cuando el títul pasó a la casa de Antioquía.