Sus miembros se adjudicaron además otros territorios, como el Charolais, La Marche, Pardiac y el condado de Castres.
En el siglo XV fue uno de los bandos principales que dieron origen a la guerra civil entre armañac y borgoñones por el poder en Francia.
Al final de la guerra, estos mercenarios, llamados armañaques en Alemania y Suiza, causaron pavor por donde pasaban.
Para contenerlos, los reyes franceses organizaron por primera vez un ejército permanente (9000 jinetes, divididos en 15 compañías de 100 lanzas por seis hombres), para cuyo mantenimiento se había aprobado un impuesto especial.
Los restos de las bandas fueron empujados hacia Lorena, Alsacia y Suiza, donde los armañaques al mando del Delfín (el futuro Luis XI) hicieron una incursión, venciendo en la batalla del Birs de 1444, pero la resistencia de los confederados suizos les causó tantas bajas que luego se dispersaron.