Entre todas las piezas expuestas destacan la escultura yaciente “Mi hermano Marcelo”, “La Madre” o el “Torso Gitano”.
La obra de Victorio Macho fue colocada en el jardín y en los dos espacios destinados al museo.
Además, pasó a tener un discurso expositivo del que no disponía.
El nuevo proyecto de las Fundaciones proporcionó a la memoria y colección del artista, un novedoso emplazamiento arquitectónico que dotaban de una calidad y respeto que habían sido olvidados.
Fue redactado un moderno programa museístico, desvinculándose de la exagerada teatralidad concedida por el artista en sus principales esculturas, “La Madre” y “Mi hermano Marcelo”.
La escultura de “La Madre” acogía todo el espacio central y “Mi hermano Marcelo” otorgaba un carácter fúnebre a la cripta.
El recorrido finaliza con la escultura sedente “La Madre”, que genera un impactante vigor expositivo El final del museo expone tres bustos, “el Marinero Vasco”, “la Niña Vasca” y Aurelio Arteta, junto a una destacable escultura “la Pasionaria”, que ratifica la destreza y cualidad artística del escultor.
También son expuestos varios bocetos de monumentos destinados a España y países del territorio americano, como es el realizado a Pérez Galdós o la pieza ecuestre de Belalcázar, realizada en yeso, cuyo original se encuentra en Popayán, Colombia.