En cambio, los cartuchos de espiga eran sumamente convenientes al contener la cápsula fulminante, la pólvora y la bala en una unidad que era mucho más rápida de disparar y recargar, siendo a la vez más segura.
Este era empleado en una escopeta con cañones fijos que se cargaba al levantar un cerrojo situado en la parte superior.
Éste era disparado mediante una cápsula fulminante separada, que era empleada en las aún dominantes armas de avancarga.
Los revólveres LeMat (modelo 1856) y Lefaucheux (modelo 1858), por ejemplo, fueron utilizados durante la Guerra de Secesión (el Lefaucheux por ambos bandos y el LeMat solo por los confederados).
Eran más rápidas y sencillas de recargar que las armas de percusión con pólvora suelta, cápsulas fulminantes y bala; además podían disparar en tiempo húmedo.
Algunas armadas también los adoptaron y los modelos "servicio marino" eran frecuentemente hechos de latón, ya que esta aleación se ve menos afectada por la corrosión que produce la sal marina.
El cartucho Lefaucheux se volvió obsoleto una vez que estuvieron disponibles cartuchos fiables de percusión anular y central, ya que al no tener una espiga que necesita ser alineada en la ranura de la recámara se cargaban con mayor rapidez.
Aunque no son armas prácticas, emplean cartuchos de espiga debido a que su calibre es demasiado pequeño para un cartucho de percusión central o anular.