Cartilla de la doctrina cristiana

En la llamada escuela-catequesis de las iglesias, el propio párroco o el sacristán departían la doctrina cristiana al mismo tiempo que enseñaban a leer, escribir y contar.

Esta enseñanza primaria se tenía por muy importante, hasta el punto que los obispos se ocuparon de que prevaleciera y mejorase, insistiendo en ello en los sínodos de Toledo:

Desde finales del siglo XV proliferaron en toda Castilla las escuelas-catequesis.

Su texto es demasiado escueto a falta de explicaciones y matizaciones.

Después está el Orden u Ordinario para ayudar a misa y por fin, en la última página, la tabla de multiplicar en que la fórmula para aprender es, dos vezes dos (así, con zeta).

En 1790 salió a la luz un modelo que no tuvo ningún éxito.

Pero los educadores y maestros elevaron una seria protesta porque encontraron este modelo demasiado difícil para enseñar y ellos ya estaban acostumbrados a las antiguas, de manera que la última remesa salió como los modelos de siempre.

Para poder vender las cartillas fuera de Valladolid, la catedral contaba con unas personas especiales que se encargaban de vender y dar cuentas del dinero obtenido.