En medio de esta trama, que es una apología cristiana, el autor desarrolla con maestría una sátira donde imagina el infierno del siglo XX como una burocracia eficiente y orgullosa, que se organiza para hacer el mal «lo mejor posible».
La trama se desarrolla en Londres durante la Segunda Guerra Mundial y la «víctima» es un hombre joven a quien se incita, por medio de la tentación, a trasladar hacia el terreno de la imaginación todos los valores positivos o virtudes, llevándolo a la inactividad, pues un acto positivo siempre refuerza una virtud.
Sus consejos fundamentales son, pues, varios métodos para evitar la debilitación de la fe, y promover pecados como la indolencia, la acidia, la gula, la promiscuidad y la venganza, mas no algo excepcionalmente malo o perverso ya que «la ruta más segura al infierno es gradual».
En esta obra Lewis expone en un intento de apología cristiana las tentaciones que el hombre debe soportar, y proporciona un ejemplo para poder evitarlas, de esta forma el hombre no alcanzará el pecado.
Lewis dedicó este libro a su gran amigo el escritor J. R. R. Tolkien.