Suele ocurrir que una persona haga planes para el futuro con mucho entusiasmo, pero cuando llega el día no lo cumple por pereza.
Los primeros hombres que habitaron la tierra, no tenían la necesidad de utilizar la frase «lo haré luego»; esto debido a que sus actividades en las cuales gastaban sus energías eran para el beneficio del aquí y el ahora.
No existía completamente aún la planificación del futuro de modo que se vivía en el presente.
Algunos de ellos no van a ver útil el hacer una actividad que beneficie en un futuro y éstos serán llamados «vagos» por los otros.
Surge, entonces, más tiempo de ocio que trae consigo la pereza y a su vez problemas como la obesidad.
El sistema nervioso es «increíblemente hábil» para cambiar la forma en que nos movemos y gastar así la menor cantidad de energía.
La simple «pereza», más aún el «ocio», no parecen constituir una falta, por ello, se puede tomar el concepto de «acidia» o «acedía».