Está realizado con tiza negra, albayalde y difumino sobre ocho hojas de papel pegadas.
La expresión de la Virgen María es extraordinariamente tierna, pero al mismo tiempo el rostro tiene una belleza majestuosa, ultraterrena, que sugiere la profunda devoción materna.
El estilo recuerda a La última cena y las monumentales figuras de los apóstoles en ella representados.
La composición es marcadamente diferente de la única obra de Leonardo que trata el tema, La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana en el Museo del Louvre, en el que la figura del Bautista ha sido eliminada.
El autor, Robert Cambridge, identificado como enfermo mental, declaró haber cometido su acción como protesta para atraer la atención sobre «las condiciones políticas, sociales y económicas en Gran Bretaña».
El impacto destrozó la cubierta de vidrio, causando daños significativos en la obra, restaurada posteriormente.