Carnavales en la cultura popular vasca

El Carnaval o Inauteria era, la última oportunidad del invierno para que los jóvenes efectuaran una cuestación con cuyos beneficios se regalaban un gran banquete.

[2]​ Los 126 carnavales rurales que se organizan en distintas localidades de Álava fueron la primera manifestación catalogada en Euskadi como patrimonio inmaterial en 2015.

Los jóvenes del pueblo salen con la cabeza cubierta con sacos negros, ropas oscuras y un puxika (globo realizado con la vejiga del cerdo inflada y seca o con unos grandes palos con la intención de asustar a los vecinos) en la mano.

Entre todos ellos destaca uno que corría detrás de los niños del pueblo arrastrando una larga túnica negra.

La fiesta más singular de Salcedo es su carnaval tradicional,[11]​[12]​ recuperado a finales del siglo XX,[13]​[14]​ tras décadas de abandono, gracias a los relatos dejados al respecto por Felipe Arredondo en el año 1922,[15]​[16]​[17]​ describiendo detalladamente cómo se desarrollaba esta fiesta y qué personajes intervienen en ella.

Los carnavales de Tolosa (Guipúzcoa) son los más famosos, multitudinarios y probablemente mediáticos del País Vasco.

Actualmente, se bailan diferentes danzas (Azeri dantza eta Sorgin dantza) y se recibe a unos personajes mitológicos llamados "Intxixuak" y "Sorginak" (brujas), que bajan desde un monte cercano hasta la plaza del pueblo, para pasar el fin de semana con los humanos.

Posteriormente los atorrak cantan una canción que trata algún acontecimiento importante sucedido en este pueblo costero a lo largo del año.

El personaje principal es el momotxorro, un disfraz caracterizado por estar adornado por una enorme cornamenta con una cesta en la cabeza, pieles de oveja, un tridente y enormes manchas de sangre sobre una gran camisa blanca.

Después de los juegos pasan por las casas del pueblo a recoger alimentos que posteriormente las madres cocinan en la sociedad gastronómica.

Los adultos y pasteleros del pueblo reparten bollos de chocolate a todos los niños.

Avanzada la tarde del lunes de Carnaval, la tranquilidad del casco viejo burladés se ve rota por el jolgorio de los Joasikeroak (enmascarados), armados de panderetas y escobas, haciendo sonar pequeñas campanas van a capturar a Lukas de Aierbe al que apresarán y pasearán por todo el pueblo, festejando su captura, bailando la Martingala, haciendo sonar sus panderetas, atacando a escobazos a los mirones.

Visten buzos azules u otro tipo de disfraz y con instrumentos variados ensucian con harina, azulete, agua, serrín o cualquier otro elemento a todo aquel que se muestre a cara descubierta.

Este carnaval, al igual que el de Lanz tiene a un bandido legendario como protagonista.

Finalmente fue hallado muerto en un estercolero en el camino que conduce al Monasterio de Iranzu.

Los actos continúan por la tarde, cuando un nuevo Aldabika vuelve a ser paseado por la ciudad, esta vez en el pescante de una carroza del XIX.

A la cintura ajustan una camisa o chaqueta con las mangas colgado y guantes que simulan manos.

También porta una "makila" con la que llamaba con un cascabel la atención de los mayores, y unas cintas en el otro lado para molestar a los menores.

A este lo acompañan los mozorrok, vestidos estos de blanco, con boina roja, pañuelo y faja.

Cada cierto tiempo, el cortejo se reúne y representa la zahagi-dantza, acompañada de una música tocada con la trikitixa.

Esta celebración tiene su origen en una anécdota que los del lugar cuentan como verídica: la historia, situada en una época sin determinar, habla de un carbonero que vivía durante todo el año en la montaña dedicado a su oficio.

Así pues, parece ser que la costumbre nació cuando los jóvenes del pueblo quisieron ridiculizar a su paisano por aquella ocurrencia.

Además aporta personajes propios y característicos a la celebración como: Caracterizados por sus comparsas de Zanpantzarrak que recorren ambos pueblos agitando sus cencerros para simbolizar el despertar de la naturaleza y ahuyentar a los malos espíritus.

Los zanpantzar o ioaldunak (el que porta ioaldeak, cencerros) recorren el tramo de Zubieta a Ituren (Navarra) y al llegar los vecinos les obsequian con almuerzos y música.

Al día siguiente se repite, pero esta vez son los joaldunak de Ituren los que visitan Zubieta.

Llevan la cara cubierta con un pañuelo, sombrero de paja y una pizontzia (vejiga), con la que azuzan al público.

En esta localidad el carnaval rural va cogiendo auge en los últimos años, habiéndose recuperado recientemente los Oridos y los Iraskos por la asociación de vecinos Lisabe que aparecen vestidos con cubrecamas o sacos de arpillera, canastos y cestos con cuernos en la cabeza.

Asimismo, la noche del martes se quema a un muñeco que representa al desafortunadamente célebre Coronel Lagunero, un sanguinario militar relacionado con las guerras carlistas el pasado siglo.

El personaje típico aquí son los zipoteros o cipoteros, que llevan la cabeza cubierta con una máscara y arrojan caramelos.

El primer día los ancianos realizan una comida con disraces, al siguiente una charanga de niños recorre la localidad con bandas musicales.

Vídeo Carnaval ILEGAN 2025
Vídeo Carnaval de Zalduondo, 2024
Plaza de Toros de Tolosa durante las celebraciones de Carnaval
Akerra (macho cabrío), disfraz típico del carnaval alsasuarra
Un momotxorro prepara el fuego para el akelarre en Alsasua
Ioaldunak en Ituren
Miel Otxin, bandido legendario protagonista del carnaval de Lanz.
Traje típico de baile de Valcarlos
Carnavales de Unanu.