También recibió lecciones de dirección orquestal del maestro Francisco Mignone, con lo cual llegó a constituirse en el músico de más alta formación académica del Paraguay.
Debido a la intolerancia política reinante fue confinado en el interior del país y luego hubo de marchar al exilio, en 1955.
Vivió en la Argentina por más de tres décadas, al igual que otros muchos músicos paraguayos, sin poder regresar a su patria.
Su obra fue proscripta durante los 35 años que duró la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989) debido a que el régimen lo persiguió por su afinidad al Partido Comunista Paraguayo (PCP)[1][2][3] y recién pudo difundirse una vez depuesto aquel despótico régimen.
En 1996 recibió, póstumamente, la condecoración del gobierno nacional “Honor al mérito”,[5][6] y en 1997 se publicó un libro conteniendo sus memorias.