[5] Por estos y otros servicios («acatando á lo mucho que ha gastado en la jornada que ha hecho á Italia para acompañar y servir á la Reina nuestra muy cara y muy amada mujer»), el 5 de marzo de 1600 el monarca mandó que se le pagase sin tardanza lo que desde 1503 el Estado adeudaba a la casa de Gandía, de los 750 000 mrs.
[5] Poco después, en 1604, contribuyó para que las Cortes de Valencia concediesen el donativo real.
[7] En él mandaba que se le enterrara con hábito franciscano en el panteón de su casa o donde su esposa eligiere, y designó por testamentarios a esta mujer, a su cuñado Juan Doria, a su hermano ilegítimo Francisco de Borja, a su tío el comendador de Adzaneta Pedro de Borja y a su confesor Juan Rodríguez.
[7] Se le hicieron solemnes exequias en la iglesia colegial de Gandía y pronunció en ellas su oración fúnebre Jaime Alberto, rector del Colegio de Jesuitas.
[8] En virtud de las capitulaciones matrimonionales, celebradas en Madrid el 23 de octubre ante el escribano Gaspar Testa, la esposa llevó en dote la cantidad 100 000 ducados y el duque le señaló 10 000 ducados en arras, más 2000 anuales para los gastos de su cámara.