Fue reconocido por su desempeño en la educación pública argentina como formador en la rama técnica con el fin de contribuir al desarrollo industrial del país.
Durante el año 1893 en la llamada Revolución riograndense las tropas federalistas al mando de Gumercindo Saraiva acudieron a la Colonia Cecilia para pedir refuerzos.
Al comienzo trabajó en el Ferrocarril General Urquiza, y posteriormente comenzó a desempeñarse como marino mercante en la Armada Argentina.
Luego del nacimiento de sus tres hijos restantes, Carlos decide trasladarse a Buenos Aires.
Más adelante funda la escuela industrial de Cañuelas y ejerce como director hasta el año 1957.