Carlo Airoldi

Además, Airoldi era uno de los primeros representantes de aquella especialidad deportiva que había nacido con los Juegos Olímpicos, el maratón, que aún después conocerá a desafortunados sino habilísimos atletas italianos como Dorando Petri.Solo en la última etapa le fue aconsejado evitar Albania y por lo que tomó una nave austríaca hasta Patrás, desde donde alcanzó Atenas a pie, siguiendo el recorrido del ferrocarril porque no había otra ruta.Para inscribirse a los Juegos, se dirigió al Palaciò Real, donde fue examinado por el príncipe Constantino, presidente del Comité Olímpico.Cuando Constantino supo del premio en dinero recibido por haber ganado la competición Milán-Barcelona, el príncipe decidió que Airoldi era un profesional y por lo tanto no podía ser un atleta olímpico.Para nada sirvieron los telegramas enviados desde Italia por asociaciones y comités deportivos: Airoldi no podía participar.En aquel momento hubo en Italia sospechas de que los organizadores estaban excluyendo adrede del maratón un atleta tan esforzado y temido como Carlo Airoldi, para favorecer a los Griegos, que tenían muchas ansias de ganar aquella competición.Luego, después de una breve permanencia en Milán, se mudó a América del Sur para buscar suerte.
Carlo Airoldi