Carl Tanzler

[1]​ Tanzler usó distintos nombres: Georg Karl Tänzler (según su certificado matrimonial alemán), Carl Tanzler von Cosel (según sus documentos de ciudadanía estadounidense) y Carl Tanzler (acorde a su certificado de defunción emitido en Florida) algunas bitácoras médicas del hospital donde trabajó, aparecen firmadas bajo el nombre de Count Carl Tanzler von Cosel.Tanzler, criado en Alemania, aparentemente se radicó un tiempo en Australia[2]​ durante la Primera Guerra Mundial,[3]​ y en donde pudo haber sido detenido; Tanzler emigró a Estados Unidos en 1926, vía marítima desde Róterdam en febrero de 1926 hacia La Habana (Cuba).Desde Cuba él migró a Zephyrhills (Florida), en donde se encontraba su hermana, que había emigrado años antes.Marine Hospital localizado en Cayo Hueso, bajo el nombre de Carl von Cosel.Durante su infancia en Alemania y tiempo después, mientras viajaba por Génova (Italia), Tanzler afirmaba que había sido visitado por visiones de una antepasada suya ya fallecida, la condesa Anna Constantia Von Cosel, quien le reveló el rostro del gran amor de su vida: una «exótica mujer de cabellos negros».[6]​ De cualquier manera, Hoyos era vista como una belleza local en Cayo Hueso.Tenía dos hermanas, Florinda Nana Milagro-Hoyos (1906-1944) que estaba casada con Mario Medina (c. 1905-1944) y Celia Milagro-Hoyos (1912–1934); el marido de Nana murió electrocutado al intentar rescatar a un compañero de trabajo quien también había sido electrocutado al golpear, con su grúa, una línea de alta tensión en una construcción.Finalmente Hoyos fue diagnosticada con tuberculosis, una enfermedad casi siempre fatal en aquellos años, en algunos casos el padecimiento cobraba la vida de familias enteras.[6]​ Tanzler ofreció a Hoyos regalos, joyas y ropas, declarándole su amor profeso, aunque no existe evidencia que demuestre que sus afectos hayan sido correspondidos, mientras Hoyos vivía.Cuando el pelo comenzó a caerse del cráneo por descomposición del cuero cabelludo, ideó el utilizar una peluca que previamente Hoyos había usado y que su madre le había facilitado poco después de su funeral en 1931.Sin embargo otros afirman que no existió evidencia de necrofilia presente en el momento de la audiencia preliminar, y porque las "pruebas" presentadas en 1972 a más de 30 años del caso ya cerrado, y que presumían necrofilia no tenían ningún fundamento.
Elena Milagro-Hoyos
Helen Milagro-Hoyos.
Carl Tanzler en 1940.
Cuerpo de Elena Hoyos en exhibición en la Funeraria López.