Durante su formación militar conoció a su futura esposa, Christl Kukula, hija de un industrial judío vienés.
Superando en secreto todas estas dificultades, consiguió mantener contacto con ella hasta el fin de la conflagración y, finalmente, se casaron en 1946.
En un primer momento, pareció que el intento de asesinato mediante la bomba colocada por Stauffenberg en la Wolfsschanze había tenido éxito.
Obviamente, intentaron capturar a Szokoll, pero, una vez más, se las arregló para escapar con vida.
Si no por completo, había que intentar evitar las luchas callejeras durante el máximo tiempo posible.
Tras ser rehabilitado por el gobierno austriaco en reconocimiento a los méritos que contrajo en la liberación de su país, comenzó una carrera profesional como cineasta y productor.