Tras el golpe de Estado por los nazis, la llamada Machtergreifung, Rodenberg se convirtió en 1933 en empleado del Rassenpolitisches Amt der NSDAP («Oficina encargada de la política racial del NSDAP»).
Desde 1936 fue médico especialista en Psiquiatría y Neurología, trasladándose en 1937 a Berlín.
Con ocasión del ascenso, se señaló «su excelente actitud vital, su espíritu de camaradería y su resuelta presencia».
[5] En agosto de 1942, Rodenberg fue trasladado al Reichssicherheitshauptamt (RSHA), a la sección IIIB3 Rasse und Volksgesundheit («Raza y salud popular»).
[5] Así, Rodenberg constató en 1941 en la revista Der öffentliche Gesundheitsdienst («El servicio de salud público») que una «deseada pacificación de la vida sexual, incluso en homosexuales, puede ser conseguida a menudo por la castración, y sólo por la castración.»[8] Hasta el momento, pocos homosexuales habían ofrecido «un sacrificio a la comunidad del pueblo» y se habían dejado castrar voluntariamente, lo que Rodenberg achacaba a una «falta de sentido de la responsabilidad».
Sobre la base de material recogido por la policía criminal, en 1942, Rodenberg creía poder demostrar que una castración era una medida adecuada «para quitarle al homosexual su dinámica criminal y a la vez ayudarle», tal como afirmaba en la revista Deutsche Justiz («Justicia alemana»).
En octubre de 1942, justificaba su propuesta con los costes que resultaban al estado con la manutención de los homosexuales en campos de concentración y detenciones preventivas: «si fueran castrados, podrían ser liberados al poco tiempo, ya que no presentarían más un peligro a la comunidad del pueblo y además podrían ser reinsertados con provecho en la vida.»[10] También Hitler, según Rodenberg, habría atribuido «gran importancia a la lucha contra este mal».