[6] El análisis en este estudio demostró específicamente que el resultado fue una estructura tipo carbino en vez de un fullereno.
[7] El origen del carbino es un misterio, ya que, por un lado, los astrónomos creen haber detectado su firma en el espacio interestelar.
Por otro lado, los químicos llevan décadas discutiendo si habían llegado a crear este material en la Tierra.
En 1968 se descubrió un nuevo mineral de color blanco plateado en los gneises grafíticos del cráter Ries (Nordlingen, Baviera, Alemania).
El interés en el carbino y sus propiedades potenciales sigue siendo intenso debido, al menos en parte, a los avances tecnológicos que ofrecen otros alótropos de carbono, como los fullerenos, los nanotubos de carbono y el grafeno.
Los análisis espectroscópicos de estos poliinos revelan una clara tendencia hacia una brecha finita entre el orbital molecular ocupado más alto y el orbital molecular desocupado más bajo para el carbino.
[14] En química orgánica, carbino es a menudo un "término general" para cualquier compuesto cuya estructura molecular incluye un átomo de carbono eléctricamente neutro con tres electrones no enlazados, conectado a otro átomo por un enlace simple.
El carbono acetilénico lineal (también conocido como carbino) es un alótropo del carbono que tiene la estructura química (−C≡C−) n, con enlaces simples y triples alternados, por lo que sería el último miembro de la familia de los poliinos .
Por lo que ahora les toca a los científicos fabricarlo de forma estable.
[15] Las tres valencias libres de los carbinos implican que tres electrones están dispuestos a formar nuevos enlaces, lo que los convierte en una navaja suiza para la síntesis de nuevas moléculas.
Utilizando esta novedosa técnica, los químicos del ICIQ han modificado varios medicamentos comerciales como la duloxetina (antidepresivo), el ibuprofeno (antiinflamatorio), el taxol (antitumoral) o el fingolimod (el primer tratamiento oral para la esclerosis múltiple).