[1] Se cocina por separado el caracol, cociéndolo en una olla, mientras que el sofrito se elabora en una sartén con diversas verduras; entre la más importante están la cebolla, el tomate y la guindilla, agregándose a los caracoles posteriormente para acabar de guisar el plato.
Una vez limpios los caracoles, se ponen a cocer en agua fría, durante 35 minutos.
Se pone el aceite en una sartén y se hace un sofrito con jamón, lomo de cerdo cortado en dados, guindilla, cebolla, ajos, tomate y chorizo.
Una vez hecho el sofrito y cocidos los caracoles, se escurren del agua de cocción y se añaden junto con un vaso de vino blanco, cubriéndolo todo con agua.
Se deja hacer a fuego suave y por último se añaden unos piñones picados, dos yemas de huevo también cortadas en daditos y abundante perejil picado.