La construcción del edificio está atribuida al emperador Vespasiano, en el 73 d. C.. Su autoría se confirma gracias a la inscripción original que se encuentra en el frontón: El templo[2] fue realizado sobre un templo anterior de la época republicana y su edificación conmemoraba a la victoria del emperador sobre el general Vitellio, en la llanura entre Goito y Cremona.
El proyecto habría debido ser más amplio: para ello, se habrían debido demoler prácticamente todos los edificios que ocuparon el espacio del foro (excepto el palazzo Martinengo Cesaresco y la iglesia de San Zeno al Foro) hasta la antigua basílica romana en la Piazza Labus, excavado hasta el nivel original del terreno y restaurar o reconstruir la mayor parte de las columnas del pórtico alrededor de la plaza.
Habrían sido, por tanto, instalados puentes de conexión para permitir una panorámica de las ruinas desde lo alto (la misma Via Musei se habría convertido, el aquel momento, en solamente un puente) con las escaleras que descendían en diferentes puntos.
Detrás del antecuerpo de la fachada hexástila (es decir, con seis columnas en el frente principal) en estilo corintio, hay tres cellas separadas por huecos, cada uno albergando un altar dedicado a tres divinidades respectivas, la llamada tríada capitolina: Minerva, Júpiter y Juno.
Al templo se accedía a través una escalinata que salía directamente desde el decumano máximo, dividida en dos o tres rampas, las cuales conducían a la terraza circundante al edificio, tal vez acompañadas de dos fuentes.
[3] Es fundamental recordar el gran teatro situado a la derecha del templo, caracterizado por su forma de hemiciclo, parcialmente ocupado por el palazzo Maggi Gambara, una residencia señorial construida en el Trecento sobre el graderio.