En la Antigua Roma, la cávea (del latín cavĕa: cavidad, hueco), designa la parte de un teatro, anfiteatro o circo romano donde se encuentran las gradas sobre las cuales se sentaban los espectadores que asistían a las representaciones o espectáculos.
[1] Ocasionalmente, el término también se aplica a las gradas del circo romano.
Aunque, inicialmente, en los anfiteatros romanos era la palabra que servía para denominar los lugares en el subterráneo, donde se colocaban las jaulas de las fieras, pronto pasó a denominarse el espacio que ocupaba el público.
Según fuera la importancia del edificio, las hileras de gradas podían estar divididas en sectores diferenciados.
[2] Los accesos a las gradas se hacían por debajo, utilizando una red de galerías cubiertas llamadas vomitorios (vomitorium).