Se denomina capilla posa a la solución arquitectónica empleada en los conjuntos-monasterio de la Nueva España y en la Capitanía General de Guatemala en el siglo XVI consistente en cuatro edificios cuadrangulares abovedados ubicados en los extremos del atrio al exterior de los mismos.
Según Antonio Rubial pudieron servir como túmulos de gobernantes indígenas.
Margarita Martínez del Sobral ha propuesto su uso como ermitas para el aislamiento temporal de los frailes.
Carlos Chanfón ha propuesto su inspiración en los templos y ermitas primitivos.
Según los análisis arqueológicos de Mario Córdova Tello, su construcción no siempre formaba parte del diseño original, como se evidencia en los grabados de la capilla posa en el ex convento Franciscano de Huejotzingo, cuya construcción corresponde a la tercera etapa (1545-1580) con grabados mencionando el año 1550.