Esto se debe a que en origen y durante casi un siglo esta zona estuvo ocupada por la primitiva capilla mayor de la catedral.
[1] La capilla tiene acceso directo al falso crucero mediante un arco triunfal cuyo intradós está muy decorado con arcos polilobulados con caireles de tradición árabe.
En las enjutas destacan dos esculturas junto a los escudos del obispo Rojas.
El obispo Diego de Deza encargó un nuevo retablo para sustituir al de plata, pero no llegó nunca a colocarse ya que se instaló directamente en la nueva capilla mayor.
Muestra la influencia que tuvo la escultura burgalesa en Palencia durante el siglo XVI.
Los barrotes son verticales y cuadrillados, unidos con grapas por las clásicas volutas o espirales de las rejas románicas.
[11] La otra reja que da al falso crucero es la entrada principal de la capilla.
Se encontraba oculta bajo materiales de relleno hasta que fue descubierta el año 1971 cuando se hizo una pequeña reforma en la capilla con el fin de adecuarla a las normas litúrgicas vigentes a partir del Concilio Vaticano II.
Se descubrió este sepulcro en el suelo, al remover las gradas de la capilla para su restauración.
Está situado en la pared interior de la capilla, colocado en alto en el lado del Evangelio.
Sobre el arcón se encuentra la estatua yacente en madera policromada de la dama, que lleva un libro abierto.