Capilla del Milagro de Nuestra Señora de Luján

En el siglo XVII Antonio Farias de Saá -un hacendado portugués radicado en Sumampa, Santiago del Estero del cual quiso erigir en su estancia una capilla en honor a la Inmaculada Concepción de María.

Al llegar el otro día los carreteros iban a proseguir con el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones.

Enterados del hecho hasta en la Ciudad de Buenos Aires, muchas personas acudieron a venerar la imagen y, al crecer la concurrencia, Trigueros le hizo construir una ermita donde permaneció desde 1630 hasta 1674.

Se lo destinó al exclusivo cuidado de la imagen, lo que hizo hasta su muerte.

Al fallecer Trigueros su estancia quedó abandonada, pero Manuel continuó, con constancia, el servicio que se había impuesto.

Feliz de haber logrado su propósito, la instaló en su oratorio, pero a la mañana siguiente, cuando se dirigió ahí para rezar, descubrió con asombro y angustia que la Virgen no estaba en su altar.

Hasta se lo llegó a estaquear en el piso para que no hurtara la imagen.

Capilla del Milagro de la Virgen de Luján, Zelaya.
Parroquia Nuestra Señora de Luján y San José Obrero, pueblo Zelaya.