Una vez en el sertão, les era casi imposible volver a sus anteriores vidas.Se dedicaban al bandolerismo, incluyendo entre sus delitos secuestros, robos en almacenes, violaciones e incendios.En ocasiones las víctimas de sus robos y agresiones eran ricos y pobres en igual número; incluso durante el paso de la Columna Prestes por el nordeste brasileño en 1925, los terratenientes utilizaron ejércitos privados formados por cangaceiros para atacar a la Columna.Estos ocultaron durante más de medio siglo su verdadera identidad, incluso a sus propios hijos, que crecieron pensando que sus padres se llamaban Jovina Maria da Conceição y José Antonio Souto, nombres falsos sobre los cuales habían reconstruido sus vidas.La verdad solo fue revelada cuando Moreno, con 95 años, decidió compartir sus recuerdos con sus hijos y del cual se hizo un reportaje especial.