El edificio está protegido como bien cultural de interés local y actualmente es una biblioteca pública.Las paredes exteriores de la fábrica tenían referentes decorativos modernistas inspirados en la Secesión vienesa.[2] En el año 1920 Josep Giró vendió el edificio al empresario barcelonés Salvador Casacuberta.Después de la Guerra Civil, Salvador Casacubera la vendió a la empresa Bacàs.[4] Esta ampliación fue obra del arquitecto Antonio Sanmartín, que fue nominado por el Premio Europeo ECOLA 2008.