Canções

En Canções, António Botto escribió sobre las emociones humanas más fuertes: las fuertes pulsiones eróticas y sexuales, el vértigo del deseo y de la tentación, pero su genio supo rodearlos de una aura simpática y calurosa, en un lenguaje simple pero fuertemente expresivo, como en «Venham ver a maravilha» («Vengan a ver la maravilla») O aún, manifestando un intenso dilema interno, queriendo sin querer, intentando resistir a la pasión sin conseguirlo, en Meus olhos que por alguém («Mis ojos que por alguien»):O desfalleciendo de placer, como en Ouve, meu anjo («Oye, mi ángel»):por demasiado rebuscados e innecesarios, defiende que Botto es completamente inmoral e indecente, pero es en eso donde está su calidad: «Botto tiene esto de fuerte y de firme: es que no da disculpas.Y yo creo, y deberé tal vez siempre creer, que no dar disculpas es mejor que tener razón.» En el mismo n.º 4 de la revista Contemporânea, Álvaro Maia, un periodista, firma un artículo en respuesta a Fernando Pessoa donde se indigna de que un ilustre intelectual como Pessoa se asociarse a la tan repugnante, indecente, escandalosa y putrescente obra.(...) Ahora, a buen seguro, António Botto no satisface mi ideal del lujurioso y pederasta místico; pero eso depende principalmente del medio en que vivimos, medio perverso en que se no siente a Dios, que así se mantiene alejado de nosotros.