En 1914 el Imperio otomano no parecía mostrar un interés especial por sus regiones mesopotámicas.
Además, Mesopotamia estaba bastante aislada de las zonas más occidentales del imperio: aunque la línea del ferrocarril Constantinopla-Bagdad había empezado a tenderse en 1888, sufragada con capital alemán, en 1915 aún quedaban cuatro tramos por construir y el viaje desde la capital hasta Bagdad duraba unos veinte días.
Las fuerzas turcas, bajo el mando de Jalil Bajá, estaban a unos quinientos kilómetros al norte, cerca de Bagdad, y no hicieron grandes esfuerzos para intentar expulsar a las tropas británicas.
[2] El deseo de tomar Bagdad se debía a motivos políticos (hacer olvidar la catastrófica campaña de Galípoli y los últimos y costosísimos descalabros en el frente occidental) mediante una victoria en Mesopotamia.
[5] Townshend avanzó con su ejército remontando el Tigris y derrotando diversas fuerzas otomanas, más numerosas que las suyas.
[5] En una audaz operación, se abrió paso por las líneas enemigas, desembarcó con apenas treinta soldados en Amara y logró que capitulase.
[6] Las temperaturas alcanzaban los cincuenta grados centígrados, el terreno carecía de árboles que diesen sombra y las tiendas no protegían a los soldados del calor; estos tenían que cavar cuevas junto al río para soportar el calor.
[11] Solo el Tigris permitía abastecer las fuerzas británicas, pero estas contaban con pocas barcazas y solo recibieron unas ciento cincuenta toneladas diarias de las doscientas necesarias.
[14] Townshend consideró que mantener la posición era inviable y se retiró nuevamente hasta Kut, en un recodo del río Tigris, donde estableció una posición fortificada y esperó la llegada de las tropas otomanas.
[14] El cerco, sin embargo, supuso otro desastre para los británicos, cuya opinión pública esperaba una gran victoria en vez de una nueva derrota.
Kut estaba aislado y no podían llegar suministros con facilidad.
El mando militar británico decidió atrincherarse en esta población no por motivos militares, sino de prestigio político e imperial, pues los otomanos hubiesen tenido complicado avanzar hacia el golfo pérsico incluso si las fuerzas de Townshend hubiesen optado por retirarse.
Estos británicos fueron obligados posteriormente a realizar trabajos forzados en condiciones muy duras.
El ejército británico remontó el Tigris por la fuerza dos veces y consiguió expulsar a las tropas otomanas de diversas fortificaciones.
En febrero de 1917, los británicos recuperaron Kut y causaron bajas importantes al ejército otomano.