Cámara de los esposos

Por encima, un nervio ficticio divide el techo en ocho secciones con falsos estucos también pintados con medallones en grisalla con los ocho primeros césares romanos, sostenidos por puttis y en el centro un óculo igualmente ficticio que se abre al cielo azul con más puttis jugando en la balaustrada dando la ilusión de estar muy arriba del espectador.

Durante la ocupación imperial de 1630 sufrió numerosos daños, acabando prácticamente abandonada a la intemperie hasta 1875.

La técnica usada en numerosos puntos, el conocido como fresco seco no ha facilitado su conservación.

Finalmente en 1987 se procedió a una restauración con técnicas modernas que ha recuperado gran parte del esplendor original de la obra.

Toda la escena se desarrolla con realismo sobre la chimenea, por encima de los ojos del espectador, lo que unido a que ninguna figura parece interesarse en el exterior, sugiere distanciamiento y elevación, tanto social como intelectualmente.

La escena de reunión en la pared oeste, muestra a Ludovico reuniéndose con su segundo hijo Francisco, recién nombrado cardenal.

La conexión entre el esplendor antiguo y el de la Mantua contemporánea vuelve a mostrarse, ennobleciendo este techo clasicista a los Gonzaga al insinuar que su poder militar e intelectual son comparables.

El centro del techo presenta un óculo ficticio abierto al cielo con una balaustrada donde juegan varios puttis en audaces escorzos, con una innovadora perspectiva sotto in sú, de abajo arriba.

Cámara de los Esposos, ‘’Putti’’ sosteniendo una inscripción.
Pared norte, la Corte .
Pared oeste, El Encuentro .
Pared este, las falsas cortinas brocadas.
El célebre óculo.
Putto, detalle del óculo.
El conocido como ‘’cane Rubino’’.