Charles Alexandre de Calonne

Al parecer fue un hombre con capacidades notables para el negocio y con espíritu emprendedor, sin embargo, generalmente sin escrúpulos en sus acciones políticas.

Le debió la posición al conde de Vergennes, que durante tres años continuó apoyándolo.

En un principio intentó obtener un crédito y apoyó al gobierno a través de préstamos para mantener la confianza pública en su solvencia.

En realidad sus atrevidos planes de reformas, que Necker realizó posteriormente, podrían seguramente haber salvado la monarquía si hubieran sido apoyados por el rey.

Calonne poco después se exilió en Gran Bretaña y durante su residencia allí mantuvo una polémica correspondencia con Necker.