[1] Su nombre hace referencia al emblema de la Inquisición española.[2] En los planos de Pedro Teixeira y de Espinosa aparece con este mismo nombre, aunque Peñasco y Cambronero especulan que antes se llamó de Tres Cruces, supuesto poco probable quizá.[4] Tomó su nombre esta calle de la siniestra circunstancia de que en este lugar, extramuros del portillo de Santo Domingo, celebraban la Iglesia y el pueblo de Madrid los autillos y ejecuciones administrados por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, cuyo quemadero quedaba localizado e indicado por la tradicional gran cruz verde allí emplazada.En su corto recorrido hubo una fuente pública con agua del viaje de Amaniel (que Pedro de Répide supone fuese la misma de la antigua fuente del Cura que hubo en la vecina calle del Pez).[8] En 1902, Emilia Pardo Bazán retrata esta calle en su cuento El rival, con párrafos como este:[9]