La base de un caldo maestro se hace con ingredientes chinos típicos, concretamente agua, salsa de soja, azúcar piedra, ajo y jengibre.
Así, con el tiempo, el caldo acumula sabores, haciéndose más rico y complejo con cada cocción, de forma que las siguientes carnes escalfadas lo absorben a su vez.
[1] Tras su uso, si el caldo maestro no va a reutilizarse inmediatamente, suele hervirse, espumarse, colarse y enfriarse rápidamente matar cualquier microorganismo que pueda haber en él.
La proliferación de microbios en el caldo puede echar a perder su sabor o suponer un riesgo para la salud.
Si el caldo quiere conservarse más tiempo deben hervirse antes de volver a almacenarse.