Allium ascalonicum

[1]​ El nombre científico de la chalota, Allium ascalonicum, tiene su origen en la ciudad de Ascalón (actual Ashkelon, en hebreo moderno), un puerto fenicio ubicado en lo que hoy es Israel, desde donde se comerciaba esta planta en la antigüedad.

El comercio de chalotas a través de este puerto permitió que la especie se diseminara por todo el mundo mediterráneo y más allá, convirtiéndose en un ingrediente apreciado en diversas culturas culinarias.

Estas hojas son similares a las de otras especies del género Allium, pero se distinguen por su menor tamaño y su color verde brillante.

[2]​ Allium ascalonicum fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Flora Palaestina 17, en el año 1756.

Sin embargo, parece que el término tiene un origen celta y significa "quemar", en referencia al fuerte olor acre de la planta.

Las chalotas pueden cultivarse en cualquier suelo, a menos que contenga demasiado humus y esté mal drenado.

La cosecha tiene lugar entre cinco y nueve meses después de la plantación, hacia julio.

Las chalotas pueden almacenarse en un ambiente fresco y seco (0-4 °C, 60-70nbsp;% de humedad) durante seis meses o más.

Los cruces así desarrollados por la empresa De Groot en Slot han permitido desarrollar variedades típicas de chalota que se siembran y no se plantan como la chalota tradicional.

Las chalotas se cultivan en las mismas zonas donde también se cultivan cebollas,[17]​ sobre todo en Europa (Francia, Países Bajos, Reino Unido y España), América (Ontario, Quebec, Nueva Jersey, New Hampshire),[18]​ China y, por último, en el sudeste asiático (Tailandia, Indonesia y países vecinos),[19]​[20]​ donde desempeñan un papel importante en las cocinas locales.

Resulta ideal para las salsas de carne y es aceptada desde hace años por la cocina francesa.

Tiende a ser más caro que la cebolla, especialmente en América, sin embargo, se puede almacenar durante al menos 6 meses.

En esta vinagreta combinan chalotas picadas con vinagre balsámico y mostaza dijon.

Es un buen aliño de ensaladas, Esta vinagreta tiene un sabor suave pero complejo, gracias a las chalotas, que le dan una textura y un toque menos ácido que el vinagre tradicional.

Luego se cocinan las pechugas de pollo hasta que estén doradas y cocidas por dentro.

Ilustración.
Allium ascalonicum .
Producción mundial de cebollas y chalotas en 2005.