En las Argonáuticas de Apolonio, el rey Eetes promete a Jasón el vellocino de oro si antes consigue uncir a los calcotauros y utilizarlos para arar un campo.
Este campo es en el que luego se sembrarán los dientes del dragón.
[1] Jasón sobrevivió a las ardientes llamas de los toros de bronce inhalando una poción mágica que le protegía.
La poción le había sido dada por Medea, hija única del rey Eetes que se había enamorado de Jasón.
[2] Los khalkotauroi habían sido un regalo para el rey Eetes del dios griego de la forja: Hefesto.