[2][3] Cabeza de fierro es un asno que desde pequeño se caracterizó por tener unas orejas extremadamente largas y emitir rebuznos terriblemente molestos.
Es así que su último dueño lo deja librado a su propia suerte en un campo, donde dos jóvenes lo desatan y tratan de hacerlo caminar sin conseguirlo.
Más tarde encuentra a un grupo de borricos cuyo dueño los solía liberar en aquella zona para que pastasen.
Su permanente empecinamiento por llevar la contra a todo límite que el sentido común imponía, le reportaba al burro innumerables tormentos físicos pero aun así se empeñaba en seguir con porfiado proceder.
[11] En los años siguientes, el trabajo gráfico pasó a manos de Daniel Branca.