[1]La representación más llamativa y confiable del caballo de Ferganá es el pomo escita, ya que los escitas criaban estos caballos y los vendían en el valle de Ferganá.
Los Han sufrieron una derrota militar y regresaron a casa con las manos vacías.
El ejército chino arrasó con varias aldeas que mostraron resistencia, aunque sufriendo bastantes bajas por el camino.
[6] El sinólogo y orientalista británico Arthur Waley, en su artículo Los caballos celestiales de Ferganá (The Heavenly Horses of Ferghana),[7] hace una importante distinción entre los dos tipos de caballos que buscaba el emperador Wu: unos pocos caballos divinos para satisfacer sus necesidades espirituales y las demás monturas, mucho más robustas y necesarias para reponer y aumentar continuamente su caballería.
[9] Tras instalar a un nuevo rey títere, los Han partieron con 3.000 caballos, aunque sólo quedaban 1.000 cuando llegaron a China en 101 a. C. Los ferganos también acordaron enviar dos caballos celestiales cada año al emperador y se llevaron a China semillas de alfalfa que proporcionaron pastos superiores para criar caballos de esta raza en China, con el fin de proporcionar caballería que pudiera hacer frente a los guerreros xiongnu que amenazaban China.